25.8.08

Entre estrellas.

Allí te miro, desde allí me mirás. Sos la que más brilla, entre todas. Ver tu aura me llena de felicidad y gozo. No me explico, como a medida que pasa el tiempo te ponés más linda y me dá mucho más gusto mirarte. Aquí es todo gris. Y esta idea te parecerá loca, pero nada de lo que pase me importa, porque vos estás ahí, siempre firme brillando. Ojalá tu brillo nunca se apague; espero que me esperes, porque aunque no lo desees, estoy segura de que nos volveremos a encontrar, tarde o temprano. Cuando esto ocurra, prometo abrazarte, muy fuerte, por todo este tiempo que nos 'distanciamos'. Para que veas lo mucho que te quiero, lo mucho que te extrañé y que nunca me olvidé de vos.

Dedicado a todas las personas que miran a sus estrellas, (en especial a mi otra mitad, Agostina) y en honor a todos los astros que brillan en este hermoso cielo.

Amor psicológico.

Te reto a que me lo digas. Te reto a que me digas la verdad. Me amas? No necesito una respuesta compleja, más que una sincera. Entiendo, a veces no es posible expresar tan simplemente los sentimientos del corazón . Pero aún así, haz un esfuerzo. Yo puedo ayudarte, si así lo prefieres. Solo ven, acércate, deja que la piel de mis finos labios rozen con los tuyos. Lo sientes? Sientes lo mismo que yo? Esas cosquillas, hermosas cosquillas en el pecho. También las siento cuando me hablas, cuando te ríes, cuando me miras, cuando estás cerca mío. Ves? Ves que fácil que es? Bueno, está bien, yo tampoco querría lastimarte. Siempre serás un lindo recuerdo en mi memoria. Adieu...

24.8.08

Sin mapa (La búsqueda).

Pero en definitiva, a quién le importa? Sí, lo admito, te anduve buscando. Nadie me lo impidió. Nunca. Y aunque nadie te prefiera, tampoco; no te olvides que yo estoy acá. Mis brazos abiertos siempre van a estar, sólo para vos. Permanecen en la larga espera, te buscan perdidamente, te desean. Pero al mismo tiempo sufren tu ausencia, en porciones inimaginables por este mundo. Extrañan tu piel, extrañan sentirte cerca, extrañan sentir ser protegidos por aquél individuo inmaculado, lleno de sabiduría y querer. Ellos y yo sabemos que tu alma y corazón son un fiel reflejo de lo que verdaderamente encierra tu ser, para ellos y para mí. Una especie tan rota. Y nosotros esperándote para repararte. Volvé rápido.

La condenada.

Su cuerpo frágil marchaba lentamente, sobre el piso fresco y reluciente. Los brillos que atravezaban los ventanales, hacían que su pelo vibráse, mágicamente. Sus ojos, agotados de mirar, sólo se concentraban en la desesperanza. Las túnicas crecían delicadamente, a medida que los pasos se sucedían, unos a otros. El aire que ocupaba el lugar pudo presentir lo que pasaba, y no era la primera vez que lo hacía. Ella. Avanzaba como un espectro, hundida en sus propios pensamientos. Su gemela, aún más débil que ella, la acompañaba fielmente, como lo hizo desde el momento en que reencarnó. Finalmente, llegó hasta dónde el destino la había envíado aquél día. Alzó sus largos pero finos brazos, hacía dónde las gaviotas vuelan. Su boca recitó dulcemente las palabras. Esas palabras que atraen hasta al más ínfimo espíritu oscuro, ya que lo deleita y lo alimenta con su contenido sombrío. El alma que yace frente a su presencia, se eleva en silencio. Los ayudantes se preparaban para el frío invernal que se avecinaba. Ante la orden, la gemela se abraza al alma, dejando sobre ella un fino y elegante tul en tonos grises. Es entonces, cuando el viento comienza a soplar fuertemente y el lugar se llena de un brillo enceguecedor. Mientras que las lágrimas que ella derrama, mudamente, le recorren las mejillas; aquél alma se llena de colores pálidos. Y la gravedad que nos domina hace que ponga los pies sobre la tierra. La gemela se hace presente ante el alma y la acompaña por un sendero empedrado. La mujer, ahora dueña de la verdad, admira como ellas marchan en sentido al sur. Y aunque estén a más de millones de kilométros de distancia, ella podía reconocerla por su desnudez y ese brillo que la trajo a este mundo.